Enrique, María Murtra, Fernando y Rodolfo Low Maus |
Fernando y Enrique |
Enrique y Yoshiko |
En la universidad era un "izquierdista-socialista-liberal," como él mismo se catalogaba, donde lo que más le preocupaba era la suerte de los débiles. Pensaba que lo más importante era crear un sistema con libertad política e intervencionismo económico, que diera pan y educación a la gente, como lo hacían los sistemas sociales de la época, pero sin quitarle sus libertades básicas. Esto lo llevó a ser un gran estratega en el área de la teoría fiscal, donde siempre vió la posibilidad de establecer sistemas más justos de distribución de ingresos.
Un gran docente |
Director del SENA |
Firmando su posesión como Ministro de Justicia |
Con sus nietos en Suiza |
Estuvo dos años en Suiza, donde pudo pasar un tiempo más sereno cerca a sus nietos. Sin embargo, durante un período de seis meses antes de su regreso al país, tuvo que vivir bajo protección permanente de la policía Suiza pues se supo de un complot para asesinarlo. A pesar de esto, el entonces Canciller de la República, Luis Fernando Jaramillo, lo retiró de su cargo en el exterior, dejándolo sin otra alternativa que volver al país.
En enero de 1991 regresó a Colombia, donde se dedicó a dictar clases de economía y derecho en las Universidades Javeriana, Externado y La Salle. Olvidado por el Estado, Enrique Low Murtra andaba sin protección alguna por la ciudad de Bogotá, cumpliendo con sus deberes académicos. Fue así que, saliendo de clases, desamparado totalmente por el gobierno al que había servido toda la vida, sicarios del narcotráfico lo asesinaron el 30 de Abril de 1991, frente a la Universidad de La Salle.
Hombre cabal al servicio del derecho, la justicia y la paz
Rogelio León Seminario
Con su amigo Luis Carlos Galán |
Así nos ha sucedido con el generoso y tierno ciudadano del mundo, amigo entrañable, Enrique Low Murtra, quien fuera Ministro de Justicia de Colombia y posteriormente embajador de dicha república en Suiza por los años 1988-1989.
Cuando tuvimos el honor de conocerlo en Berna, Suiza, supimos más de cerca de lo que es una sincera amistad, de lo que constituye un ejemplo de honradez con la vida misma, de lo que se puede alcanzar con el desprendimiento y la humildad.
Podría seguir tratando de recordar con espontánea nostalgia los inmensos atributos de Enrique, pero creo que jamás podría alcanzar lo infinito de su bondad, sencillez y ternura.
Ayer nos enteramos que dos sicarios de la mafia colombiana habían asesinado a mansalva a su antiguo perseguidor el ex-Ministro de Justicia que no tuvo temor de combatir el narcotráfico en Colombia y que lamentablemente estaba condenado al sacrificio final y en forma implacable por los Carteles del crímen.
En Europa |
Todos los embajadores latinoamericanos en Suiza, y especialmente los que representamos los Gobiernos del grupo de los Ocho, nos reuníamos con frecuencia para conversar sobre proyectos para el bien de nuestros respectivos países. Tratábamos de coordinar y aportar nuevas propuestas para el futuro de Latinoamérica, y uno de los más brillantes en la creación, en la imaginación y en la claridad de sus ideas, fue precisamente Enrique, a quien le seguíamos con atención por sus destacados proyectos y por la sinceridad de su intención.
No podemos dejar de recordar la solidez de su matrimonio con su entrañable compañera Yoshiko y su amor de padre para con sus hijas. A ellas, nuestra sincera oración por su descanso eterno.
Al gobierno y al pueblo de Colombia, les expresamos nuestro sentimiento de pesar por haber perdido uno de sus mejores hombres que, estamos seguros, quedará como ejemplo para la juventud colombiana.
Enrique, duerme dulcemente y espéranos.